Domingo.



La tarde muere
entre destellos de colores cálidos
y se encapsula en aquellos minutos
que dura la transición
en la que la oscuridad de la noche
tomará su vida.

Rojos, 
naranjas y amarillos
tiñen mi rostro, 
el cual asomo por la ventana
minutos antes clausurada.

Demasiado color
en los cuatro puntos cardinales
no encuentro por donde huir
así que me uno al enemigo. 

Como soundtrack, 
el silbido característico del silencio
y las calles solitarias lo avalan.

La melancolía
se apodera de la música
esa que la gente canta a todo pulmón
mientras chocan sus botellas o vasos en armonía 
ocultando su tristeza con un placebo.

Bajo las cortinas,
soy intolerante a esta estación del año, 
me saca de mi zona de confort.

Creo un microclima en mi habitación,
soy la hortensia que solo vive en el invierno,
soy la jefa de este espacio,
y nadie está invitado a compartirla.

Es invierno para mí
solo en estos metros cuadrados
al que llamo refugio.

Elijo a Uva (mi gatita)
que en estos meses nunca se apartó de mí
es mi amor leal.

Ella sobre mí,
y sus uñas perforando mi dermis,
es que el amor también duele.

Me encanta el dolor consentido.

Yo sobre los míos...

Idea Vilariño y sus versos 
mi tocaya Rosario Castellanos y sus versos
venidas de España y México 
fuí por ellas
cómo se debe hacer por lo que uno quiere.

Los míos, mis versos.

Mi playlist favorito en Apple Music
y las películas que alimentan mi corazón
en MUBI.

La noche se agiganta
el eco es infinito
y los versos son aves migratorias
esas que vuelven
luego del invierno.




Charo Celebi

Comentarios

Entradas populares de este blog

Contrastre.

Pata de palo.

Soy Café.