Eka.



 









Los escritos en los baños de un bar
se asemejan a los imanes en la puerta de una nevera
o al confesionario de una iglesia.

Es ese espacio
que por un instante te pertenece
que te aísla del bullicio exterior.

Si eres el escritor
quizá exista una mezcla de alcohol 
y de alguna emoción que te rebalsa
"Para bien o para mal".

Lo que no puedes o no te atreves
a exteriorizar con palabras 
lo soporta una pared
o una puerta de madera que vibra
al ritmo de alguna canción.

Lápiz labial
un lapicero
quizás un cigarro
y hasta la punta de una cuchilla 
vale para este fin.

Nadie te ve
ahí está el detalle y la belleza.

Si eres el lector quizá te identifiques
con alguna frase que te provoque una sonrisa
o una lágrima que te exponga
según sea tú historia.

Cada frase de amor y desamor.

Cada insulto motivo de un dolor.

O algún número de teléfono 
cuyo dueño espera sea su día de suerte.

Todo está permitido
no existen reglas.

Si observas minuciosamente
entiendes que en ese lugar evacuamos todo 
en el sentido literal.

Los escritos en los baños de un bar
permanecen con el tiempo
tienes la opción de volver a leerlos
y reescribir sobre ellos.

La próxima llevaré un lapicero en la cartera
voy a tallar un verso.


Charo Celebi

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