No lo voy a negar
una llamada en mí vacío
coincidencia en la de ella.
Camino a mi casa.
En un taxi
llorando sola
como esa relación (la que tenía)
me hizo sentir vacía
tan fría.
YO era su títere
para la ocasión y acepté
el papel que me ofrecía.
Su compañera
su amiga
nunca su elección.
A veces escondida
otras en mi cara
con una cafarena evitando mis tatuajes
siendo quién no era.
Un ¿Qué haces?
y la invité a mi casa
que lo cambió todo.
Un twelve pack
como ofrenda a mi hogar.
Ella angustiada por su par
yo dolida por la mía.
Ausencias de ellas.
YO soy palabras
soy poemas.
Me acerqué
ella era todo lo desconocido
y le declamé
un poema a mi papá.
Heridas no expuestas
ausencias compartidas
alcohol circulando en las venas.
Despertares necesarios
vínculos que solo existen
en la costumbre.
Yo me equivoqué
nadie lo merecía
(aunque me pagó con la misma moneda)
acepté que lo haga.
Ella era aire
ese que en mi realidad me faltaba.
Es que entendí
y viví
que nada existe
hasta que ví la luz.
¿Cómo puedes pretender una vida?
sin que tú misma sepas de qué trata
la tuya.
Y su colchón (de mi amor)
se volvió la Antártida
con nosotras a bordo.
Me fui
me dejó ir.
Yo enamorada de Escorpio
sintiendo la culpa en cada milímetro
pero luchando por lo que sentía.
Sostuve a sus demonios
ella los míos.
Creí en sus perdones.
Sin que ella supiera
que en cada uno de sus actos
volvía a las historias
de esa amiga que dolí.
Qué en sus dramas
y victimizaciones
indefectiblemente me encontré yo.
Yo no soy ella
yo tengo amor propio
y dignidad.
Alguna vez pregunté
¿Qué quieres de una relación?
¿Y qué ofreces?
y tuve titubeos a mis preguntas.
Se fue
y yo feliz de sus experiencias
y de las mías.
Pero no de sus afirmaciones
Yo nunca hice esto por nadie
y me dió el primer día como quien
ofrece un caramelo
y yo no soy de tener la lengua extendida.
Jamás soltó a su pasado
que no dudo sea su presente
y asimismo su condena.
Yo la amo
con todas la fuerzas
pero aprendí a amarme más a mí.
¿Como explicarle?
que sus palabras y acciones
me hicieron sentir un personaje.
Que siempre supe no ser.
6 años
y en un día
me bastó.
Para amarME
y amar cada parte de mi ser.
Nunca menos de eso
de mí.
Charo Saucedo