Indigo

La niña de los ojos azules
en su mirada descubro una tristeza
que me inunda
en el océano de su soledad.

Allí donde fallece constantemente
y vuelve a la vida recostada en la orilla

de una playa solitaria
con la brisa que le canta una canción de cuna
mientras ella se arrulla.

El sol le da directo a la cara

tiene llagas pero no siente dolor
está adormecida

enceguecida
esperanzada por un nuevo día
convencida que un príncipe la rescató.

Yo no soy capaz de decirle...

Se lame las heridas como un cachorro

yo solo la acaricio

mientras lamo las mías como un gato.

Sonríe la princesa
mientras relata un cuento
con un final feliz

que solo existe en su cabeza.

Este cuento no ha terminado.

Charo Celebi